Más que un alimento

Por:Ana Luisa Manso Delgado.

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Yani cumple sus 16 años con una bebé en brazos, apenas cursa el décimo grado y ya tuvo una niña. Se abstiene de amamantar para mantener su estética. Considera que sus senos se conservarán más tiempos firmes por no lactar.

La lactancia materna es el primer acto fisiológico e instintivo de amor que brinda la madre al tener a su pequeño en brazos. El vínculo que se establece es único, y es la oportunidad perfecta para disfrutar de ese lazo emocional con favorables resultados desde el punto de vista psicológico.

Unos 60 minutos después del nacimiento debe comenzar la lactancia exclusiva hasta el sexto mes y a libre demanda. La leche materna proporciona todos los nutrientes, vitaminas y minerales que un bebé requiere para el crecimiento en el primer periodo de vida. Contiene aminoácidos, necesarios en el desarrollo del cerebro, pero también posee anticuerpos y otros componentes inmunológicos de la madre que ayudan a proteger al hijo contra infecciones y enfermedades.

Lactar funciona como un método natural de control de la natalidad, que facilita la protección en el primer semestre de vida. No solo contra enfermedades diarreicas y respiratorias agudas, sino que permite la formación de dientes sanos.

Es el mejor alimento que puede recibir una criatura. Satisface todas las necesidades vitales del recién nacido, mientras beneficia también a las madres.

Para ellas, lactar resulta beneficioso al reducir el riesgo de que luego padezcan cáncer de mama o de útero, las ayuda a recuperar más rápido el peso corporal anterior y reduce la tasa de obesidad.

Lo cierto es que algunas mujeres interrumpen esa práctica de alimentación directa y sana a sus hijos sin preguntarse cuán bueno sería para los bebés lactar.

Estoy segura, que amamantar no es una responsabilidad exclusiva de la madre, pues el padre y la familia desempeñan un rol primordial en el apoyo emocional y doméstico.

Desde la casa, la escuela, los medios de comunicación y la comunidad, existe el reto del trabajo intenso y continuo con la juventud, para hablar de conductas maternas responsables, y hacer lo necesario para que una joven mamá provea de leche materna a su bebé y propicie el crecimiento y desarrollo saludables.

Lactar a veces duele o cansa, pero con el transcurso del tiempo, las madres, incluyendo a Yani, querrán tener de nuevo en los brazos a sus bebés y sentir que las pequeñas manos abracen sus senos para alimentarse y crecer con salud.

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